Educación formal v/s Aprendizaje callejero

jueves, 7 de mayo de 2009

En los países latinoamericanos, un creciente porcentaje de jóvenes, del medio rural y urbano, ya está consiguiendo concluir la enseñanza básica y hasta la media. Desafortunadamente, este éxito es más aparente que real, pues en términos concretos está produciendo resultados decepcionantes. Los jóvenes, ahora más escolarizados y con un horizonte de aspiraciones y ambiciones ampliado, se sienten frustrados, por no decir engañados. Después de haber estudiado en esos largos doce (12) años, durante los cuales alimentaron la ilusión de que este esfuerzo les ofrecería un futuro de oportunidades y de prosperidad, descubren que no están aptos ni para obtener siquiera un empleo modesto (por decirlo de algún modo "formal"); pues egresan del sistema escolar sin poseer las "cualidades" que los empleadores esperan y necesitan encontrar en un buen empleado; a demás de que no le asegura la posibilidad de seguir con estudios superiores para poder aspirar a un empleo como profesionales. Esto ocurre porque el sistema de educación, rural y urbano, no les proporciona los conocimientos útiles, las aptitudes necesarias y ni siquiera las actitudes y los valores que necesitan para ser buenos empleados, ni buenos ciudadanos y padres de familia que sepan educar, orientar, alimentar y cuidar de la salud de sus hijos, etc. Siendo sinceros, a excepción de lo que les fue enseñado en los cuatro (4) primeros años (leer, escribir y realizar las 4 operaciones matemáticas), prácticamente todos los demás conocimientos son irrelevantes para que ellos puedan tener un mejor desempeño en el trabajo y en la vida personal, familiar y comunitaria. En esos ocho (8) años posteriores, los pocos contenidos que podrían ser útiles suelen ser enseñados de manera excesivamente teórica, abstracta, fragmentada, y desvinculada de la vida y del trabajo, con lo que se transforman en virtualmente inútiles. Entonces, se impone la siguiente pregunta: ¿para qué estudiaron esos ocho años adicionales?
Son muchos los jóvenes en Chile que se hacen esa pregunta, aún no tienen la respuesta; pero lo que está claro es que se sienten marginados y han optado (muchos de ellos) por renunciar a ser partes de la sociedad, más específicamente renuncian a la ciudadanía para aplicar los aprendizajes más relevantes de sus vidas, lo que han aprendido en la calle, como por ejemplo a robar, estafar,traficar artículos robados, prostituirse, narcotraficar, huir de la policía (los "pacos",y/o los "tiras" en su lenguaje cotidiano), etc. Todo lo anterior se ve magnificado cuando se le suma que quien aprende tiene una adicción a las drogas (siendo actualmente "la de moda" La Pasta Base, consumida por delincuentes capaces de todo con tal de conseguir el dinero necesario para adquirirla; incluso puede ser que el "pastero" rompa con las "leyes del ampa")
En el contexto callejero, los estudiantes aprenden técnicas que se traspasan de manera horizontal, es decir un par le enseña a otro el cómo delinquir, el argumento es sencillo y aceptado por quienes viven en esta realidad: "sólo el "choro" (o "pulento", o "bakán", etc) tiene éxito, "plata"y "minas(os)", y mientras más fácil lo consiga es aún más "choro"...".
Lo anterior se fortalece cuando ocurre que algún jóven soñador intenta conseguir un empleo al terminar la enseñanza media, o en muchas ocasiones sin haberla terminado; es muy probable que si es de una zona rural se dedique a ser un obrero rural, pero le jugará en contra el que la escuela rural prefirió enseñarles la historia del Imperio Romano y el Renacimiento Francés, en vez de enseñarles a producir, administrar predios rurales y comercializar las cosechas con mayor eficiencia. Si el joven es de localidad urbana será ayudante de la construcción civil, albañil, pintor o carpintero, chófer, maniobrista o cuidador de automóviles, policía y vigilante, cocinero o mozo, y vendedor callejero, empleada doméstica o aseadora de oficinas y de edificios residenciales, barrendero (recolector de basura), y obrero de empresas públicas y privadas, etc.; pues, en el mundo moderno son esas actividades urbanas las grandes empleadoras de mano de obra; lo que no le asegura que sea un empleo rentable(sueldo mínimo), mucho menos le asegura que será un empleo estable, ya que los contratos son con tiempo definido, y a demás de existir muchos otros aspirantes al trabajo siempre está temeroso de ser despedido. Una tercera opción es que sencillamente no encuentre empleo.
Si a lo anterior se le suma que ya es padre o madre de familia deberá buscar por "otro lado" el sustento, y así se vuelve a recurrir a ese aprendizaje callejero que le ofrece "dinero rápido".

Entonces la nueva interrogante es: ¿qué es lo que debe entregarle la escuela a estos jóvenes "en riesgo"?. Para responderla es necesario meditar para encontrar la respuesta a otras preguntas: ¿Que es lo que realmente necesita aprender un joven que no irá a la universidad?, ¿Cuál es la responsabilidad de la escuela, de los profesores y de las autoridades ministeriales ante esta realidad?, los entes anteriores ¿qué deben hacer para "remediar" esta situación?...

Espero sus preguntas, respuestas, comentarios, etc...

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